Un mensaje pastoral centrado en los beneficios
- Teología en Letras

- 5 oct
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Es cierto que muchas prédicas en iglesias evangélicas están dirigidas u orientados hacia un "evangelio de la prosperidad" o a lo que podemos llamar, un mensaje "utilitario" donde la relación que buscamos con Dios, se reduce a los beneficios tangibles o emocionales que podemos obtener de El para nuestro bienestar. Argumentar sociológicamente que las necesidades de los fieles en ambientes de incertidumbre económica, política o incluso emocional, son reales y entendibles. Los seres humanos buscamos seguridad, y esas promesas discursadas desde los pulpitos, resuenan con mucha más facilidad en nuestros oídos como seres humanos imperfectos y llenos de necesidades. Podemos entender estos discursos relacionados con la necesidad de ofrecer sentido y consuelo en tiempos difíciles que todos necesitamos, pero es ahí, donde la línea del discurso debe ser reconocida.
Pero lo que queremos resaltar aquí, es que el amor dirigido hacia Dios no depende de lo que Dios nos da en medio de nuestras necesidades, sino de quién es Dios en su naturaleza. Es decir, por lo que El es, y no por lo que El da. Jesús mismo señaló en Mateo 22:37, que el mayor mandamiento es el amar a Dios con todo nuestro corazón, alma y mente.
Teológicamente, este punto resalta lo que podemos mencionar como una tensión entre un mensaje cristiano autentico, y el mensaje que se trasmite en un sector utilitario en contextos actuales. Debemos agregar aquí, que un mensaje de amor incondicional no siempre, "vende" , en un mundo en donde todo se quiere de inmediato y es esto precisamente lo que induce a muchos pastores a promover desde sus pulpitos, a priorizar un mensaje práctico y atractivo, y no un mensaje de amor incondicional, de amor a Dios por lo que El es, y no por lo que El da. Pero no por esto debemos caer en la tentación de meter en el canasto de pastores utilitarios a todos, pues también escuchamos a aquellos que promueven un discurso más equilibrado en medio de una cultura consumista.
La invitación es a realizar una reflexión, como iglesia sobre qué tipo de relación estamos fomentando con Dios, y a recuperar la centralidad de un amor genuino e incondicional hacía El y Jesús

de toda bendición.





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